I Tonya, una interesante crítica al WhiteTrash
I Tonya, esta película trata sobre uno de los escándalos deportivos norteamericanos más mediáticos de finales de los 90, fue el drama entre las patinadoras Tonya Harding y Nancy Kerrigan. En el filme, Tonya nos cuenta su versión de los hechos, incluyendo el trasfondo de la historia como su infancia y la tormentosa relación que llevaba con su esposo de ese entonces: Jeff. Para darnos una rediografía del WhiteTrash en Estados Unidos.
Logró obtener tres nominaciones al Oscar: Margot Robbie a Mejor actriz, Allison Janney a Mejor actriz de reparto, y Mejor edición. La cinta nos presenta la versión de los hechos desde la perspectiva de los personajes más interesantes del escándalo. Es así que tenemos no sólo a la propia Harding –interpretada por una Margot Robbie agresiva, de carácter fuerte pero vulnerable cuando se trata de patinaje–, sino a su su madre, LaVona Golden (Allison Janney), una mujer amargada que busca en su hija la perfección. Esta presión por la perfección, sin embargo, no es presentada bajo el tono de un filme como Cisne negro. Más bien estamos ante una madre que ve en su pequeña hija aquello que tanto odia: un rencor escondido que sólo ella conoce.
Muchas películas han retratado relaciones de madres e hijas tortuosas, honestas o hasta incómodas, pero en Yo, Tonya lo que vemos es uno de los lados más oscuros de aquellas relaciones. Esto no sería posible sin el duelo de actuaciones que entregan sus protagonistas. La trama nos va presentando el “plan maestro” de las personas alrededor de Harding. Nuevamente estamos ante una aproximación cómica, es decir, a partir de lo real vemos lo absurdo. Sin duda alguna las interpretaciones están a la altura de lo que podríamos esperar ante tal evento.
Sin embargo, es en el nudo del segundo acto donde la película se inclina hacia el lado del melodrama. Aquí su director, Craig Gillespie, aborda el lado más vulnerable de Harding y Robbie logra darle una dimensionalidad con la que los espectadores podemos empatizar. El apoyo que da el soundtrack a muchas de las escenas es fundamental y nos lleva a través de este viaje de nostalgia que además sirve como rutina de patinaje para la misma Tonya Harding.
La película nos narra lo fácil que es amar u odiar a alguien cuando no se conoce su historia, es por eso que algunos sectores de la población estadounidense no aplaude el filme, pero no debemos olvidar que, al final, fue uno de los eventos mediáticos más comentados en Estados Unidos antes de la llegada de internet. En aquel entonces se crucificó a Harding frente a nuestros ojos, mientras ella lo único que deseaba era patinar y ser la mejor.
Es una película como muy pocas se han hecho en este género, hay una fuerte crítica al White Trash, que es aquél sector de la población blanco y pobre de Estados Unidos, que generalmente está conformado por Republicanos y suelen ser fieles ultranacionalistas. Se retrata no sólo la violencia, y la caída del éxito, sino que además logra retratar a un sector de la población que no acepta críticas y mucho menos del cine. Es una película muy recomendable.
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